"This is our decision, to live fast and die young"

McQueen nació en el East End de Londres en 1970. A los dieciséis años abandonó los estudios para dar sus primeros pasos en el mundo de la moda en Savile Row, la calle de los sastres, primero en Anderson & Sheppard y más adelante en el taller de Gieves & Hawkes, donde, según cuenta la leyenda, cosió un traje para el Príncipe de Gales en cuyo forro bordó un mensaje nada políticamente correcto. Ya entonces el talante de McQueen hacía adivinar un estilo transgresor fundamentado en una sólida base clásica. En 1991 se graduó en la prestigiosa Central Saint Martins School of London, la cantera donde se han formado muchos de los grandes talentos de la moda. Su colección de graduación fue comprada íntegramente por la influyenteIsabella Blow, directora de Tatler. Con el apoyo de Blow y un enorme talento, en 1996 McQueen sucedió a John Galliano al frente de una de las grandes firmas de moda, Givenchy. De esta forma, el británico lideraba la llegada de una nueva generación de diseñadores a la primera línea del fashion business. En 2001 dejó Givenchy para centrarse en su propia firma, trabajo que había estado compatibilizando durante años. En 2002 compró el 51% de su compañía al grupo Gucci, tomando las riendas de su destino. Desde entonces, cada uno de sus desfiles ha sido un hito en la historia de la moda en los que se han mezclado las siluetas más asombrosas, los looks de belleza más transgresores y la utilización más vanguardista de la tecnología. McQueen presentó el pasado mes de octubre en París su ultima coleccion una verdadera obra maestra llena de aliens, reptiles, estampados geométricos, amplios volúmenes y unos complementos con los que nos hizo soñar.

Casi cuatro meses y sigo sin poder creerlo, pero creo que el titulo de la entrada explica mucho su ultimo febrero.